Muchos se asombran cuando ejecutivos con carreras brillantes, misteriosamente se transforman en monstruos corruptos y tiranos una vez que llegan a ser CEO (Directores ejecutivos o Altos cargos).
Lo cierto es que estos ejecutivos, generalmente, tienen defectos serios de personalidad que fueron escondidos o ignorados por años. Para los comités de búsqueda, departamentos de RRHH, consultorias de cazatalentos y las juntas directivas, estos defectos son difíciles de detectar con simplemente revisar el curriculo o entrevistar a la persona.
¿Qué hacer para detectar las señales de alarma, y que medidas tomar para reducir la posibilidad de contratar a un CEO disfuncional?
Tarea dificil pero posible.
Se identificaron varias señales de peligro, que incluyen:
-Una obsesión por adquirir prestigio, poder y fortuna;
-Propensión a desarrollar estrategias grandiosas sin pensar mucho en la implementación;
-La tendencia al estilo gerencial orientado a datos, que opaca o ignora una visión más amplia.
Cualquiera puede tener alguna de estas señales, pero el que tenga varias, y las exhiba repetidamente, será potencialmente un mal CEO.
Existen algunas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo al escoger al CEO:
-No sea complaciente si el candidato es interno (ya trabaja en la empresa), no confíe en la regla de «éxitos pasados predicen el éxito futuro».
-Investigue cuidadosamente los antecedentes enfocándose en la integridad y habilidades interpersonales.
-Utilice entrevistas basadas en la experiencia.