Las relaciones interpersonales basadas en la generosidad son el éxito de cualquier organización.
Se puede decir más alto pero no más claro. Sería lo que Keith Ferrazzi, fundador de la firma de consultoría estratégica Ferrazzi Greenlight y autor del libro Who’s Got Your Back? define como crear un ‘Plan de personas‘.
Para tener éxito en lo que te hayas planteado hacer o dirigir en el caso de las organizaciones, es necesario siempre buscar ayuda y rodearse de las personas que te puedan conducir por el camino correcto y ayudar a ello, a alcanzar tu meta.
Pero para crear este Plan de personas de una forma sólida y fructífera, las relaciones que se establecen entre las personas son cruciales para el éxito final de lo que nos hayamos propuesto. Da igual cual sea nuestra meta, nuestro proyecto o que organización dirijamos, ya que el proceso es siempre el mismo: conocida/s nuestra/s meta/s y que y quien me puede ayudar a conseguirlas, hay que establecer relaciones personales basadas en la generosidad mutua y nunca en el aprovechamiento personal de una de las partes en detrimento de la otra, algo muy habitual por desgracia en las organizaciones españolas a lo largo de su historia.
Podríamos emplear un símil de serie de televisión: tejer nuestro ‘Juego de Tronos’ pero con honestidad y generosidad.
¿Qué debemos de hacer para que estas relaciones sean como deben de ser?
- Reciprocidad en el pago: si buscas que alguien se acerque a tu plan de personas le va a suponer un esfuerzo del tipo que sea, con lo cual siempre tienes que dejarle claro que su esfuerzo va a ser recompensado y la forma de dicho premio. Esto hará que el acercamiento de las personas que nos pueden ayudar sea más efectivo. Claro está que el pago deberá de ser realizado de la forma adecuada ya que sino lo de generosidad se pierde por el camino, como las famosas promesas que van al cubo de la basura de los directivos de nuestras empresas que luego quieren que los empleados estén motivados e involucrados con la empresa en nuevos proyectos.
- Servir a los demás y no ser servido. La gente que quieres que colabore contigo y te ayude a conseguir tus metas, debe ver en todo momento que siempre estás en disposición de ser tú el que los ayude si lo necesitan, que eres una persona que valora los esfuerzos realizados y que estás dispuesto a igualarte a cualquiera y en cualquier nivel por ayudar a aquellos que te ayudan. Es la reciprocidad y el no tirar siempre para el mismo lado lo que ayuda a los directivos de las organizaciones a conseguir rodearse de gente realmente válida y útil para su proyecto cosa que, obviamente, los directivos de las organizaciones españolas no saben hacer, prefiriendo empleados serviles a útiles,
- Comprender realmente a la otra persona. Sencillamente es emplear la asertividad y la empatía. Si yo quiero que este o aquel me ayude en mi proyecto, lo menos que debo de hacer es demostrarle que quiero saber como ayudarle a conseguir lo que el quiere y, lógicamente, demostrarle que estoy intentando ayudarlo de verdad. Ayuda mutua condice al buen camino.
¿Que levante la mano aquel de los que está leyendo esto que haya pertenecido a alguna organización en la cual las relaciones generosas e interesadas de sus superiores prevalecían sobre el objetivo final de conseguir sus metas personales propias obviando a las de los que le ayudaban?
Por eso nos ha ido como nos ha ido.