Leyendo un interesante post del Blog Salmón titulado “Cuando rechazar un trabajo” que recomiendo leer, me ha llevado a reflexionar sobre el asunto.
Para comenzar, he de decir que las personas tenemos la capacidad de elección y eso es muy valioso, siempre y cuando asumamos las consecuencias que conllevan nuestras decisiones.
¿Cuántas veces habéis rechazado un trabajo que os ofrecían? ¿Qué os hizo tomar esa decisión? Y ¿Cómo se encontraba el mercado laboral en aquel momento?
La situación del mercado laboral influye a la hora de tomas estas decisiones, sin embargo, llevábamos años viviendo en la abundancia y eso hizo que casi todo el mundo, en algún momento, hayamos rechazado un puesto de trabajo que nos ofrecían. Yo soy el primero que en una ocasión rechace un trabajo y he de decir que no me arrepiento porque creo haber tomado la mejor decisión. Más tarde, cuando supe en qué consistía realmente el puesto de trabajo y contrastado con lo que se me dijo en la entrevista, eran dos conceptos distintos. Todo vino de primera mano, pues por casualidades de la vida, poco tiempo después, conocí a la persona que sí que lo aceptó y me pudo exponer las diferentes funciones.
Eso sí, la decisión de rechazar un puesto de trabajo debe meditarse seriamente en función de las circunstancias personales de cada persona, es decir, no es lo mismo tener en ese momento un trabajo que no, igual que también influye que tengas un colchón económico para vivir o que tu entorno familiar o personal te pueda ayudar. Las necesidades y prioridades son distintas, de acuerdo con el momento vital en el que nos encontremos.
Os pongo un ejemplo: imaginaros que de un día para otro, os cambia la vida porque os quedáis sin trabajo y van pasando los meses que os corresponden cobrar prestación por desempleo sin que encontrar nada. Ya no podéis hacer frente a todos vuestros gastos y el fin del paro está a la vuelta de la esquina. ¿Aceptaríais un trabajo aunque supierais que la empresa que os lo ofrece no cuida demasiado a su personal?
Nuestras prioridades en cada momento son distintas y debemos evolucionar en la misma medida porque vivimos en un mundo cambiante e inestable.
Con esto no quiero decir que tengáis que aceptar el primer trabajo que os salga, sin embargo, es más fácil elegir algo teniendo ya un trabajo que sin tenerlo.
Existen puestos de trabajo de algunas organizaciones que son verdaderos “marrones”. Habrá que pensarse, por ejemplo, si debemos aceptar un puesto en una empresa que esté atravesando un gran bache económico por el cual esté despidiendo a personas y a las que quedan, les pague el sueldo cuando pueda. Por ello, debemos informarnos e investigar de la situación real de cada organización a la que estemos apunto de entrar.
De la misma forma, debéis pensaros dos veces entrar a trabajar en compañías donde el puesto que vayáis a desempeñar tenga una alta rotación porque siempre suele haber una razón de peso; si fuese una buena empresa sus trabajadores no saldrían despavoridos a la primera de cambio. Así que os aconsejo echar voces por múltiples sitios para conseguir hablar con personas que hayan pasado por esa compañía o que puedan conocer a alguien que pasó por ella. Ahora existen muchos canales en la red que facilitan la tarea.
No olvidéis analizar cómo se realizó el proceso de selección y el periplo que ha seguido en el tiempo para ver si se ha ido cumpliendo lo notificado por la organización o si, por el contrario, han ido desdidiciendose de lo estipulado, dando rienda suelta a la improvisación y desorganización. También, si esa organización incumple su palabra en pequeñas partes del proceso, ¿quién os dice a vosotros que no volverán a hacerlo cuando ya estéis incorporados? Al menos, tenéis que tener claro dónde empezáis, para evitar frustraciones impactantes.
Cuando tengáis claro el puesto que queréis y sus condiciones y seáis objetivos al saber que podéis conseguirlo porque tenéis es perfil y porque determinadas empresas lo están ofreciendo, no debéis aceptar otro tipo de condiciones que nos os encajen porque eso hará que os arrepintáis. La precipitación no es buena compañera de viaje.
Después tenemos las organizaciones que tienes unos valores, principios y formas de hacer las cosas demasiado rígidas y estáticas que para nada va con vuestra forma de llevar a cabo el trabajo y del concepto de empresa en la que os gustaría estar. Por ello, yo siempre digo que uno debe preguntar en el proceso de selección la forma de hacer las cosas en esa compañía y la evolución y forma de proceder internamente aunque sea a groso modo. Normalmente, la falta de concreción suele ser un mal presagio.
También creo firmemente que siempre tendemos a idealizar los puestos de trabajo a lo que hemos optado y que finalmente no nos los han ofrecido.
De la misma forma, a veces aceptar trabajos sin pensarlo demasiado no tiene porque salir mal. Yo recuerdo en mi época como estudiante que en un momento dado, estuve muy agobiado y acorralado por diversas circunstancias de la vida y vi como única vía de salida buscar un trabajo complementario a mis estudios y acepté el primero que me salió. Tuve suerte, pues fue una buena decisión porque me ayudó a ver las cosas con perspectiva y, además, era un buen sitio, sin tener ni idea de donde me metía.
Igualmente, pienso que es un error rechazar un puesto de trabajo porque no es exactamente igual al anterior que teníais porque debemos asumir que no existen dos trabajos ni empresas iguales. Las empresas las conforman grupos de personas y es imposible encajar en todas las partes.
Por otro lado, el caer en trabajos y empresas que no eran lo que nosotros esperábamos, nos da un aprendizaje muy valioso que, si sabemos aplicarlo y recodarlo, nos dará pistas para próximas ocasiones.
Lo que quiero dejar claro es que este tipo de decisiones son muy personales y a veces difíciles de entender por el resto porque es muy difícil ponerse en el lugar del otro. De todas formas, antes de precipitarse, es preferible buscar diversas opiniones que nos den otras perspectivas para poder ver otras alternativas.
Por finalizar me gustaría preguntaros ¿Cuál es el principal motivo por el que habéis rechazado un puesto de trabajo?
Autor: Juan Martinez de Salinas
¿Cuántas veces habéis rechazado un trabajo que os ofrecían? http://bit.ly/9E9ZeS