El otro día, leyendo en el blog de Rafa Osuna su artículo titulado Cuidado. No contrates la gestión de tus redes sociales con cualquiera, en el que hacía una critica abierta por un lado a ‘los profesionales’ que ofrecen llevar los socialmedia a clientes a precios de risa y por otro a estos que aceptaban lo más barato posible, se me vino enseguida a la mente el vídeo que os voy a poner a continuación y lo quiero enlazar porque creo que la culpa de lo que está pasando es de ambas partes.
Se trata de un vídeo que se realizó hace unos años en relación a la valoración del trabajo que hacían los diseñadores gráficos y que es muy traído ahora mismo para los profesionales que llevan social media a sus clientes. Tiene una buena dosis de humor y, tristemente, mucha verdad de fondo:
Me encanta cuando un restaurante por ejemplo te encarga que lleves sus redes sociales y te comienza a regatear como subastero barato: ‘que sí tiene un sobrino que le puede llevar el Facebook’, ‘que si la cosa está muy mal’, ‘que para poner cuatro fotos y dos tweets al día lo hace cualquiera’,..; eso sí, cuando en su localidad busque alguien en Google ‘dónde comer’ quieren salir los primeros.
Este ejemplo es verdad, porque me ha pasado a mi recientemente. El menosprecio total que se tiene por el trabajo ajeno es brutal. Yo le pregunté claramente: ¿cuánto me cobras por el menú del día? A su respuesta le dije que claro, ‘que la cosa estaba muy mal’, ‘que para unas patatas fritas las podía hacer yo en casa’,…., con lo cual ‘que si quería que me quedase a comer, me debería de rebajar en el precio del menú del día un 30% como mínimo’. Os imagináis su respuesta ¿no? Con lo cuál os podéis imaginar la mia por su ‘regateo’ para que le llevase sus redes sociales.
El problema que comentaba Rafa Osuna es su blog, venía por el lado de los pseudoprofesionales que subastean el mercado a precios completamente inviables y que para cualquiera que tenga dos dedos de frente saben que equivalen a que nada o menos es lo que van a hacer en la gestión de sus redes sociales. Pero yo iría un paso más allá: cuando alguien menosprecia el trabajo ajeno, es imposible que lo sepa valorar nunca.
Lo que si está claro, es que cuando antes eran os diseñadores gráficos los que sufrían este menosprecio contínuo de su trabajo y el regateo constante, ahora son los profesionales de social media los que lo ven de cerca. Y la causa de ellos creo que por varios motivos, unos por la propia actividad en sí, otros por los pseudoprofesionales y otros por los clientes:
Por la actividad:
- Una actividad profesional que muchos continúan viendo como un entretenimiento, lo que hace que no se valore económicamente el tiempo que se le dedica.
- Una actividad novedosa en muchos campos, con lo cual no tiene una tarifa más o menos fija por trabajo a realizar con lo cual se abre el abanico a la negociación del precio en función del cliente.
- Cualquiera con 20 euros se hace unas tarjetas y se hace community manager en 10 minutos.
Por los pseudoprofesionales:
- No saben valorar su trabajo y aceptan el precio que impone el cliente. Da igual el que sea. Piensan que mejor ese cliente que le permitirá hacer portfolio que nada, con lo cual al final le trabajará por el plato de habichuelas.
- Mucho lo de ofrecer que se va a hacer esto y aquello para captar al cliente y luego, cuando te das cuenta de lo que realmente paga, deciden que van a realizar mucho menos de lo ofertado, con lo cual el cliente acaba pensando que, aun pagando esa cantidad pequeña, es dinero perdido y, probablemente, tenga toda la razón.
- Pseudoprofesionales que van a romper el mercado a la baja, un ‘dumping’ en social media: aguanto cobrando casi nada a muchos clientes porque así consigo que la competencia no los capte y cierre.
Por los clientes:
- Muchos, por no decir la gran mayoría, no saben de verdad lo que es gestionar una reputación online. Se creen que es poner una foto en Facebook, reirse con los seguidores y ya está. Normal luego que no sepan valorar económicamente el servicio que se les da.
- Desconocen cuanto es en metálico el beneficio que obtienen de los recursos que dedican a estar en las redes sociales, con lo cual, hasta que vean el retorno, no querrán valorar realmente el trabajo que se les hace e incluso en ese momento, se harán ‘los locos’ para decir que no era lo que esperaban y no tener que pagar más.
- Muchos clientes piden una prueba al profesional (que traga) de como trabaja. ¿Acaso al del restaurante de mi ejemplo si alguien le pide un par de tapas para ver como cocina y quedarse a comer el menú luego las da gratis?
La crisis hace estragos y hace tragar demasiada bilis en cosas que antes eran impensables, pero de ahí a ser esclavo, que te sodomicen y trabajes por el plato de habichuelas, hay un gran abismo.
Si eres profesional de los social media, piensa cuanto cuestan tus servicios y, en caso de que puedas realizar un descuento, tú serás el que lo marques y nunca dejes que tu trabajo lo ningunee un cliente.
Si como dice Rafa osuna, vas ofreciendo ofertas como la que pone el en sus blog, está claro que estás dispuesto a cualquier cosa.
¿Qué te puedo decir que no hayas escrito tú en la entrada ya? Hace falta aprender a decir que «No», José Luis, por nosotros, por el mercado y por la industria en la que nos movemos.
Hace tiempo conversé con una muy querida amiga acerca de los negocios «económicamente viables» y yo creo que es algo que debemos retomar.
Te dejo el vínculo por si a tus lectores les interesa complementar tu brillante artículo 😀
http://www.joelpintoromero.com/2014/01/todavia-hay-esperanza-los-proyectos.html
Buenos días amigo Joel. Si es muy fácil y sencillo, como he escrito en muchas ocasiones llega con ser asertivo y saber decir que ‘no’. Lo que ocurre es que juegan con la necesidad de la gente y, a fin de cuentas, consiguen mejores condiciones menospreciando o ninguneado el trabajo de los demás. Si no le ponemos nosotros el valor, mejor apagar e irse 🙂
Un abrazo
Que te voy a contar compañero. Lo de que ‘la cosa está muy mal’, como dices tú, lo oigo a diario, pero no veo yo que como dices en tu ejemplo esos restaurantes bajen el precio de su menú (sino todo lo contrario) para poder sobrevivir.
Ya les vendrá el día en que se lamenten, de eso no me cabe la menor duda.
¡¡Saludos!!
Buenas compañero. Cierto qué te voy a contar a tí que no sepas. Allá cada uno con sus decisiones. El día que la cosa les vaya como no desean acabarán bajando la persiana. Después vendrán ‘lloros y lamentos’, ya lo verás.
Un saludo