Popularidad no es lo mismo que influencia

Y viceversa.

Aunque parezca mentira y muchos tendemos a confundir los términos y considerar que es lo mismo, va a resultar que no lo es.

Aquella canción de Roberto Carlos de ‘que quiero tener un millón de amigos…’, engloba el secreto de la popularidad, pero de ahí a que influyas o ejerzas influencia en ese millón de amigos, va un largo trecho.

Popularidad podría definirse como ‘visibilidad’, lo que vulgarmente se denominan seguidores o followers. A más de estos (Twitter, Facebook,….) a más gente puede llegar tu mensaje con lo cual te puedes hacer más popular, o sea visible, además el efecto multiplicador de que mis seguidores tienen a su vez seguidores, incrementa esa  potencial visibilidad. Pero ¿realmente influyes en ellos?

Esa es la pregunta que todo Community Manager querría saber a ciencia cierta. La ley de los grandes números dice que si tienes 1.000 seguidores, podrás influir en estos 1.000 y que si tienes 100, en lógixca sólo podrás influir e esos 100. Por lo tanto, para ejercer influencia ¿hay que ser primero popular? 

La respuestas sería ‘no necesariamente’.

Cada uno tiene su objetivo en las redes sociales, y si es el de influir (pongamos promocionar una marca, producto o servicio) se habrá planteado un objetivo cuantificable, que se podrá conseguir con más o menos seguidores, dependiendo de la forma con la que cada uno interactue con sus seguidores o followers.

Claro está que a mayor número de seguidores/followers (popularidad) la probabilidad de influir amenta, pero esta dependerá de lo que quieras comunicar, cómo y de qué forma.

¿Quiero tener 15.000 seguidores en Twitter? Mi respuesta sería: ¿Para qué?

• Para ser más popular. Basta con poner a seguir todos los dias a 100 personas nuevas, que por la inercia de las personas que te devuelven el follow enseguida llegas.
• Para influir en ellas. ¿Alguno os creeis que siguiendo la táctica anterior se puede llegar a influir en un porcentaje elevado de esos seguidores?

Cada uno, y lo hemos repetido muchas veces en ese blog, persigue unos objetivos en las redes sociales, el como los consiga es ya cuestión de cada uno y de su forma de interactuar.

Eso si, todo el mundo es libre de plantear sus estrategias en social media, ya que al fin y al cabo, si se consiguen los objetivos marcados, cualquier método será válido, esos si, sin cruzar la línea de la ilegalidad ni de la falta de ética.

Popular es cualquiera que tenga algo de tiempo libre para meterse en las redes sociales. Influir ya no es tan fácil como lo anterior.

Seguidores, followers, comentarios, retweets, clicks, visitas,…., todos indican popularidad pero no necesariamente influencia.

Hay una separación clara entre la influencia y la popularidad y lo más importante es entender que en redes sociales, la influencia no es sacada por la cantidad de seguidores, amigos, «o le gusta». Tampoco es perceptible por la frecuencia con la cual participa en sus comunidades respectivas. No son no factores necesariamente constantes en la cuantificación de lo que es influencia.

Hay herramientas que nos permiten cuantificar esta, como puede ser Grader o TweetLevel de Edelman, siendo una de las más valoradas al emplear algoritmos más complejos para el análisis la realizada por HP Labs.

Por ejemplo, según esta última herramienta el CEO de Mashable es el usuario más influyente de Internet. Cosa que no es nada de extrañar por otra parte.

Aquí os dejo algunas herremientas sencillas y muy conocidas para medir ambas cosas en Twitter:

Twitalyzer, TweetStats, TwitterCounter, Klout

Autor: José Luis del Campo