¿Qué ocurre cuando las competencias van en contra de tus principios?
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Hoy he leído una entrada de Raúl Hernández González en su blog sobre el dilema en la conciencia que genera el hecho de aceptar o no un proyecto dentro de la actividad profesional y me ha dado por pensar donde está la línea de separación entre las competencias que exige un puesto de trabajo y los principios que uno posee. Como siempre, lo voy a escenificar con un ejemplo personal: En el año 1997 determinada empresa multinacional me llamó por si estaba interesado en cubrir la plaza de resonsable provincial para su delegación. Entre los cometidos que había estaba el de reclutar a los nuevos miembros motivarlos y de no ser válidos, despedirlos.
