Si hablamos en términos empresariales y decimos que cuando alguien termina su formación es un ‘output’ del sistema educativo y un ‘input’ para el mercado laboral, la cosa puede parecer algo liosa aunque realmente no lo sea.
Toda formación reglada tiene un ‘perfil curricular’ que indica cual es la salida profesional que tendrá la persona que la realice en el momento de finalizarla. Cualquier de nosotros empieza una formación aspirando dedicarse a esto o a aquello, pero siempre realiza una formación que le ayude a conseguir ese objetivo.
¿Qué está ocurriendo en estos momentos? Pues nada que no llevemos un par de décadas viendo pero que ahora se ha agravado. Llevan entrando inputs (personas que quieren formarse) en el sistema educativo en formaciones o estudios que tenían en su proyecto curricular pocas o ninguna salida profesional a tenor de nuestro mercado laboral.
Cierto es que la gente debe de tener libertad para escoger la formación que quiere tener. Pero por esto hemos estado décadas creando outputs del sistema educativo que no se convertían en inputs del mercado laboral y ahora, que este se ha reducido, se ve más claramente que tenemos una cantidad de personas sobreformadas en el paro u ocupando trabajos con una clara sobreformación.
Nos echamos las manos a la cabeza cuando vemos como ayer mismo un economista estaba en Cádiz recibiendo formación para dedicarse al pastoreo de ovejas. Mi pregunta es la siguiente, ¿no es esto una vergüenza para un sistema formativo y el Gobierno que lo ha creado, ver el coste que se ha tenido en formar a esta persona para que ahora se dedique a ir al monte (con todos los respetos), teniendo en cuenta que ahora también formarlo paras esto conlleva otro coste?
Primero se le forma con un enorme coste para ser economista y luego se le forma, con otro coste, para dedicarse al pastoreo. Hemos estado tirando por el retrete décadas dinero procedente de Europa en cursos de formación completamente inútiles a tenor de la cifra de parados que tenemos y de cómo la gente se está reciclando como el ejemplo que he puesto. Lo que está claro es que la formación, da igual cual sea, ya no es suficiente para conseguir labrarse un futuro profesional y mucho menos un proyecto de vida.
La culpa ha estado en que los responsables de crear la oferta formativa no han mirado en ningún momento a nuestro mercado laboral ni a nuestro tejido empresarial y mucho menos a lo que se demandaba. Ahora, a prisa y corriendo, todos los desempleados corren a recibir cursos de formación para dedicarse a algo que, a todas luces, tardará poco en estar saturado y volverá a comenzar el círculo vicioso. Muchos desempleados hoy en día han hecho ya más cursos que los que habían recibido hasta que quedaron en el paro.
La oferta formativa que se da hoy, en cualquier nivel, es insuficiente para que un país cree futuro. Apostamos por el corto plazo y que la formación solo valga para sacar desempleados del INEM cosa que es un grave error. La formación que se debe de impartir es lo que se demandará en una profesión dentro de un lustro, con lo cual la unión formación-empresa es necesaria.
Claro está que nuestro tejido empresarial es penoso con lo cual la formación que se ha de impartir ahora mismo para tener futuro como país no se está produciendo porque aquel no ayuda.
Estamos en una espiral muy negativa de la cual solo se puede salir si el input del sistema educativo es consciente de que a lo mejor no debe de recibir la formación que él quiere, sino que debe de recibir la formación que realmente se va a demandar.
Siempre he considerado que la formación era algo necesario pero no suficiente para encontrar trabajo. Hoy también dudo de esto, ni es necesaria ni es suficiente. Ni es suficiente porque no llega y ni es necesaria, porque todo depende de quién te contrate y del grado de afinidad que tengas con él.
Hola José Luis.
Cuando he empezado a leer esta entrada pensaba que me habías pisado la entrada que tenía previsto poner en mi blog este sábado. Voy a hablar sobre consejos para que los jóvenes puedan elegir una carrera universitaria que permita trabajar en los tiempos que corren y los futuros.
En este país tenemos un problema que, como bien dices, dura 2 décadas:
– puestos de trabajo que requieren poca formación reglada.
– mucha oferta formativa de grado superior con fácil acceso (una universidad por provincia).
– el fácil acceso provoca que todo el mundo estudie carrera, incluidos los que han cursado FP reglada, porque quieren optar a puestos superiores.
– formación para desempleados lamentable y poco valorada por las empresas. Chanchullos por doquier, dinero malgastado.
Te recomiendo que te leas este artículo del año 1999 que habla sobre el tema, tómate tu tiempo, vale la pena:
http://ddd.uab.es/pub/papers/02102862n58/02102862n58p39.pdf
Un saludo
Antonio
Buenas amigo Antonio. Jejeje, mira que si damos con lo mismo ya sería casualidad 🙂 Yo mañana opino sobre formación y empleo en un post en Infoempleo que les he mandado hoy.
He comenzado a leer el link y me e quedado inicialmente con una frase: ‘formación «para» el empleo’. Muy triste, no se busca que la formación sea útil para la persona y la sociedad, solamente ‘para’ conseguir empleo.
Con esas perspectivas es como hemos llegado a donde hemos llegado. Mañana sale otro, que es lo que ha pasado, y dice que para este o aquel trabajo se necesita tal formación y todos como borregos a hacerla, cuando puede que sea un interés creado.
Hemos caido como pardillos en un sistema educativo mal diseñado y mucho peor gestionado. Y ahora de aquellos polvos hay estos lodos, un gran lodazal, 🙁
Un saludo y espero tu post del sábado 🙂
Amigo José Luis:
Lo primero de todo felicitarte por esta forma de abrir este interesante debate. Siempre hemos estado oyendo hablar de la necesidad de la formación continúa y al leer el último párrafo de tu post, nos detenemos y comenzamos a reflexionar …
Es cierto que esa afirmación que realizas que una mayor formación puede no ser suficiente encuentra su reflejo en las colas del paro: estamos viendo muchos titulados superiores -arquitectos, ingenieros, abogados, economistas, … – que tristemente han perdido sus empleos y están teniendo muchas dificultades para encontrar una nueva oportunidad para su desempeño profesional …
También podemos constatar tanto en el sector privado como en el público una no menor cantidad de empleados cuya capacitación profesional es manifiestamente mejorable para los puestos que ocupan, lo cual te daría la razón al pensar en la no necesidad de formación …
Respecto a la necesidad de formación sigo pensando a pesar de todo que a mayor formación, mayor empleabilidad. Lógicamente aquí entra de lleno lo que comentas de formarnos en aquello que realmente incremente nuestra empleabilidad. Y ello sin olvidar las propias cualidades, aptitudes y vocaciones personales. Dadas las limitaciones adicionales que traen consigo esta crisis, adquiere también aquí una especial relevancia el incremento en número y calidad de emprendedores.
En cuanto a la no necesidad de formación estoy convencido que ha venido disminuyendo a lo largo del tiempo y que lo que en su momento vino a suponer la revolución industrial, en los próximos años vamos a ver la forma en que va a producirse la revolución del conocimiento: esta revolución propiciará que en las empresas (tanto públicas como privadas) solo vayan quedando solo los mejores.
Yo lo resumiría en la siguiente secuencia: persona de éxito —> empresa de éxito —> país de éxito.
Buenas noches amigo Santiago y gracias por participar en este pequeño pero ‘peliagudo’ debate y gracias también por tus palabras.
Dices muy bien al principio del comentario: ‘Siempre hemos estado oyendo….’ y ¿nos hemos parado a pensar quien lo decía y por qué y si tenia intereses legítimos para que creyésemos lo que decía? Nos han dado gato por liebre durante dos décadas para que las grandes consultoras, ETTs, sindicatos, asociaciones empresariales,…. se embolsaran ingentes e insultantes cantidades de dinero procedente de subvenciones por dar cursos de ‘medio pelo’ que no servían absolutamente para nada, pero se los cuales se han enriquecido unos cuantos y ahora vemos que esa formación no vale para nada a la hora de buscar empleo, ni para conservarlo.
Llevas también razón que resulta descorazonador el formarse cuando ves que en empresas hay personajes que no tienen ningún tipo de formación y además ocupan puestos de relevancia de buenos sueldos.
Yo creo que se abre un debate que no toqué en el post y que es intrínseco a la formación: formarse para ¿recolocarse o reorientarse?
Tu piensa en un director financiero o en un contable por ejemplo, que lleve 15 años en su empresa, realizando un excelente trabajo y que ve que cierra por culpa de la crisis pese a su buen hacer, ¿cómo le pides que se forme en más de lo suyo si haciendo las cosas bien se ha ido al paro? Se le dice que continue formándose para recolocarse, entendiendo eso como volver a ocupar un puesto similar al que ocupaba. Eso no va a pasar ya nunca, porque no hay empresas suficientes. la formación debe de ir ahora mismo dirigida a reorientarse laboralmente, es decir, formarse en algo que de empleabilidad, pese a no tener experiencia previa ni formación similar. Es la única forma que veo moralmente posible que alguien acepte formarse hoy en día, para cambiar de puesto o sector. Para optar a lo que ya tenía y hacía bien, dudo que alguien sea capaz de motivarse a recibir formación.
Con este ejemplo voy a lo que tu dices: formación para la empleabilidad,da igual de que, el caso es reorientarse profesionalmente, no recolocarse.
Formación para la recolocación : NO
Formación para la reorientación: SI
Un abrazo