Mercado laboral, formación y tejido empresarial en España ¿Hacia dónde vamos? 2ª parte
Aunque ya han pasado unos cuantos años, hoy quiero volver a tocar un tema que, por desgracia, en nuestro país siempre está de moda, como en el mercado laboral, la formación y la búsqueda de empleo.
En el año 2015, la publicación Criterios, Res Pública Fulget: Revista de Pensamiento Político y Social, ISSN 1695-1840, en su Nº. 13, que por desgracia fue su última publicación, tuvo a bien publicar un artículo donde el que os escribe escribía sus perspectivas sobre el mercado laboral español, su vinculación con la formación y nuestro tejido empresarial, con el título: ‘Mercado laboral, formación y tejido empresarial en España ¿Hacia dónde vamos?’
Y hoy he retomado el tema y os planteo este artículo como una 2ª parte.
Analizando los tres puntos, veremos si algo ha cambiado.
Mercado laboral
Los últimos siete años el mercado laboral, por mucho que lo pinten como quieran, ha continuado caracterizándose por tener las mayores tasa de desempleo de la OCED, la mayor para de tasa de paro juvenil de toda Europa, por una precariedad en los salarios y por una temporalidad en los contratos que también nos permite estar a la cabeza de todos los rankings habidos y por haber.
Las últimas noticas del mercado laboral ‘indican’ el enorme aumento de los contratos indefinidos en nuestro país, pero claro, como nuestra personalidad latina siempre está presente, algo tiene que haber siempre detrás. Una gran parte de estos contratos son ‘Fijos Discontinuos’ o a ‘Tiempo Parcial’, con lo que para que una persona pueda llegar a fin de mes necesitaría de 2 o 3 contratos ‘de estos indefinidos’ a la vez. Conclusión: da igual como se maquille, ‘mismo perro con distinto collar’.
Formación
Si vamos a mirar el tema de la formación, todo indica que los estudios universitarios en nuestro países están sobrevalorados. Estoy ya cansado de que se diga que hay una demanda enorme de profesiones que no se cubren en nuestro país por falta de profesionales de experiencia, que somos de los países de Europa con menos alumnos en formación profesional, que tienen que aumentar las matrículas en la Formación Profesional Reglada, etc etc.
Pero aquí es donde los españoles aplicamos las ‘dos varas de medir’. ¿Queremos profesionales con experiencia para qué? ¿Para ser camareros, albañiles, peones, fontaneros,….? ¿Cuántos de los hijos de alguna ministra o ministro que nos sueltan este sermón son fontaneros o camareros? Ahhh!! que estos están realizando estudios universitarios en grandes Universidades y hacen masters en las mejores Escuelas de Negocio de nuestro país y del extranjero. Lo que no quieras para tus hijos, no lo quieras para los hijos del resto de españoles.
Hasta donde yo llegó, en este país hay libertad de elección a la hora de elegir formación. Si alguien quiere realizar estudios universitarios y está capacitado, que los realice, no tiene que ir a la formación profesional si no lo desea porque unos políticos aquí y en Europa así lo digan. ¿Qué es que se va a quedar el ministro/a de turno sin camarero para que le sirva la comida?
Un país coherente debe de adaptar su mercado laboral a su ejido empresarial y a la formación que en el se imparta. Si no quieres que haya más médicos, cierra las Facultades de Medicina, si quieres que no haya más periodistas, cierra las facultades de Periodismo, …, pero si están abiertas con el coste que supone para las arcas públicas, al menos da libertad a la gente de que estudie lo que quiere.
¿Lo correcto que sería? ¿Cambiar la oferta formativa para adaptarla el tejido empresarial que tenemos o bien modificar estructuralmente nuestros perfiles de empresas y tejido empresarial para que puedan adsorber a los outputs que salen del mundo formativo?
Tejido Empresarial
Uniendo por lo tanto el punto anterior de la formación con el tercero, el tejido empresarial, a mi modo de ver, cuando quieras realizar un cambio, si quieres que sea permanente y para mejorar, deberá ser estructural. El que la moda de la formación cambie (más formación o más estudios universitarios) es algo coyuntural. Claro, a ningún gobierno le gusta destinar cantidades ingentes de dinero público a generar una fábrica de parados.
¿No será mejor acometer una reforma estructural en nuestro tejido empresarial y que las nuevas empresas que se generen, en nuevos y actuales sectores, puedan incorporar a todos los alumnos que acaben su formación y quieran entrar en el mercado laboral?
Pero me da la sensación que esto es una ‘utopía’. Si ya en el 2015 éramos un país de Pymes y MicroPymes, tras estos años, pandemia incluida, aumento del teletrabajo y obsesión con que somos potencia turística, falta valentía para acometer cambios estructurales en nuestro tejido empresarial que permita unir a este con la formación y el mercado laboral.
Visto las políticas de formación y tejidos empresariales de los países europeos, podíamos proponer a la UE que en España solo diéramos formación vinculada a la hostelería y el turismo (cocineros, camareros, empleados de sala,…), que Alemania solo diera formación a ingenieros, en Francia por ejemplo a químicos,…., y que se estableciese un baremos salarial igual para todos los puestos con independencia de cada país y con una movilidad total. De esa forma, cualquier camarero en todo Europa sería español, cualquier ingeniero alemán,… pero tendrían trabajo.
Lo que no es normal es sacar anualmente médicos o enfermeras o muchos licenciados de las universidades que no los puede absorber nuestro tejido empresarial y acaban siendo ‘emigrantes’ (que no jóvenes aventureros emprendedores) que tienen que buscarse el pan en otros países que se benefician de excelentes profesionales que han costado a las arcas públicas nacionales un enorme esfuerzo económico para que luego dejen su ‘know-how’ fuera de España.