Que la crisis actual es sinónimo de muchos cambios, es un hecho irrefutable. Que lo que antes era suficiente para conseguir un trabajo, ahora es necesario y no llega para ello, es algo también claro. Que la movilidad geográfica local, de corta distancia o incluso dentro del mismos país, se ha extendido al ámbito internacional lo ve cualquiera.
Si a esto le unimos una reciente encuesta de Población Activa y del INE en la que se indica que en ninguna Comunidad Autónoma el número de sobrecualificados baja del 50%, ¿qué es lo que está ocurriendo en el triángulo buscador de empleo-formación-mercado laboral? ¿Estamos escogiendo acaso formación equivocada aunque sea de calidad que motiva que estemos sobreformados pero en el campo inadecuado? ¿O quizás estemos ante el problema de que lo que en realidad no hay es mercado laboral para ningún tipo de formación?
Lo primero sería admitir que hemos escogido mal la formación que queremos recibir. Lo segundo sin embargo es más grave, ya que sería asumir que no hay demanda de mano de obra en el mercado laboral nacional para ningún tipo de formación recibida?
¿Soluciones? Varias y todas por desgracia no inmediatas. O comenzamos una nueva formación que se una a la ya recibida, con lo cual no haremos más que incrementar el porcentaje de sobreformados; o cambiamos el perfil de la formación que queremos recibir y hacerla más global abriéndonos puertas más allá de nuestras fronteras, por ejemplo enfocarnos en recibir formación en normas internacionales de contabilidad en vez de centrarnos en estudiar el plan general contable de España ya que no hay demanda de contables en este país; o bien cambiamos todo el tejido empresarial modificando pilares en la economía que hagan que se generen en el futuro nuevas demandas de mano de obra formada.
¿Por qué opción os decantáis?
Yo por la tercera sin duda, pero por desgracia es la más lenta, costosa y que es la menos inmediata. Generar tejido empresarial en España que repercuta en el mercado laboral. Pero seamos sinceros, las utopías están ahí, si durante 4 décadas no hemos cambiado, no lo vamos a hacer en 1 año. De las dos opciones restantes, sin duda la más atractiva es la segunda. Olvidémonos de formarnos para pensar que vamos a trabajar en una empresa al lado de nuestra casa, ampliemos miras y pensemos que nuestra formación es global que nos sirva de pasaporte y puerta de entrada en otros países. A fin de cuentas, cada uno debe de buscarse sus ‘habichuelas’ estén o no en España.
Con esto quiero romper una lanza en favor de la formación correcta y de calidad como posible medio de conseguir un futuro laboral correcto, aunque repito, cada día por desgracia, es más necesaria y menos suficiente para ello.
Es curios amigo José Luis, de algo parecido hablaba yo hoy en el blog. No hay sincronicidad entre la formación y lo que realmente se necesita. Difícil de arreglar. Un abrazo
Buenas amigo Fernando. Es que siempre ha habido un salto de muchos años entre lo que se formaba y lo que realmente se demandaba. Mucho porque la universidad como total es un órgano decimonónico cerrado y ajeno al mundo real, que se ha convertido en un ghetto para colocar a amiguetes y que no le importa nada el ser considerada una fábrica de parados mientras sigan cobrando sus nóminas 🙁
Un abrazo y buen finde amigo
y ¿cómo encontrar lo que realmente se necesita?
Buenas Elena. Aquí es algo complicado ya que el sistema productivo español tiene que cambiar, pero hay claros síntomas de que la internacionalización y las formaciones que vayan más hacia profesiones liberales, son las que probablemente tengan más recorrido.