Los procesos de selección de personal son únicos y exclusivos de cada empresa y, por supuesto, la antigüedad de la misma influye en gran medida. Efectivamente, una empresa de reciente creación no va a demandar la misma clase de profesionales que una empresa ya establecida en el mercado: distintas necesidades, distintos perfiles.
¿Qué es lo que demandan las nuevas empresas? Profesionales flexibles y polivalentes, «hombres del Renacimiento» como diría algún emprendedor que conozco. Y es cierto, al igual que los artistas del Renacimiento eran pintores, escultores, arquitectos e inventores, un proyecto de reciente creación demanda profesionales polivalentes que sean capaces de desempeñar diferentes funciones.
Y es que las empresas nuevas todavía no tienen departamentos definidos, por lo que buscan perfiles con ganas asumir cualquier función (por supuesto dentro de sus competencias) y capaces de adquirir rápidamente una visión global de negocio.
Para reforzar el punto anterior, un Licenciado en Dirección y Administración de Empresas contratado por una nueva organización por lo general no trabajará en un campo especializado (como pueda ser Marketing) sino que tendrá que implicarse en labores de Marketing, Contabilidad, Finanzas, Publicidad, Gestión del Personal y un largo etcétera.
Los reclutadores buscan personas que complementen al equipo. En otras palabras, buscan perfiles con destrezas, habilidades y competencias no dominadas por ningún miembro de la organización. Por ejemplo, un profesional del Marketing profesional que lanza un proyecto online quizás no domine los nuevos dispositivos móviles o carezca de los conocimientos específicos del Marketing Digital. Contratando un perfil especializado en Marketing Online podrá suplir esta carencia inicial.
Respecto al nivel de experiencia, no hay una demanda estandarizada. Tan válidos son los profesionales expertos como perfiles “juniors” con escasa experiencia pero con formación totalmente actualizada y muchas ganas de aprender: ambos se complementarán y reforzarán.
Todo lo visto anteriormente afecta notablemente en el proceso de reclutamiento y selección. El reclutador buscará perfiles dinámicos, abiertos, flexibles, adaptables, motivados, creativos, capaces de gestionar y resolver conflictos, autónomos, con orientación a resultados, con el foco siempre puesto en la mejora continua y con ganas de seguir aprendiendo en el día a día. En definitiva, se supera la visión tradicional de contratar a un empleado por su formación y experiencia para hacerlo prestando especial atención a lo que es capaz de hacer y lo que me puede aportar.
Todos sabemos que el tejido empresarial español está constituido, principalmente, por pequeñas y medianas empresas. Y en la situación actual no son pocos los profesionales que han apostado por lanzar un nuevo proyecto y que necesitan esta clase de perfiles. ¿Estás preparado para aprovechar esta oportunidad?
Este artículo es una colaboración de Eduardo Martínez Fustero que es Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Zaragoza. En la actualidad colabora con los Master en Dirección de Recursos Humanos de la escuela de negocios IEBS.
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