¿Qué ocurre cuando las competencias van en contra de tus principios?

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Hoy he leído una entrada de Raúl Hernández González en su blog sobre el dilema en la conciencia que genera el hecho de aceptar o no un proyecto dentro de la activida profesional y me ha dado por pensar donde está la línea de separación entre las competencias que exige un puesto de trabajo y los principios que uno posee.

Como siempre, lo voy a escenificar con un ejemplo personal:

En el año 1997 determinada empresa multinacional me llamó por si estaba interesado en cubrir la plaza de resonsable provincial para su delegación. Entre los cometidos que había estaba el de reclutar a los nuevos miembros motivarlos y de no ser válidos, despedirlos.

Ante mi pregunta de como se podía saber si un empleado nuevo era válido o no me indicaron que si los productos que se comercializaban acababan siendo contratados por familiares del empleado al cabo de un mes significaba que no valía para vender y debería de ser despedido.

¿Qué ocurre cuando las competencias van en contra de tus principios?

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Hoy he leído una entrada de Raúl Hernández González en su blog sobre el dilema en la conciencia que genera el hecho de aceptar o no un proyecto dentro de la actividad profesional y me ha dado por pensar donde está la línea de separación entre las competencias que exige un puesto de trabajo y los principios que uno posee. Como siempre, lo voy a escenificar con un ejemplo personal: En el año 1997 determinada empresa multinacional me llamó por si estaba interesado en cubrir la plaza de resonsable provincial para su delegación. Entre los cometidos que había estaba el de reclutar a los nuevos miembros motivarlos y de no ser válidos, despedirlos.

Receta para ser un emprendedor exitoso

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ingredientes, recetas, emprendedor, exito
Y es que el arte de la cocina es muy similar al de ser emprendedor: nunca dos personas con los mismos ingredientes hacen el mismo plato, a la vez que rara vez sabe igual el mismo plato haciendolo en momentos distintos. Pues con el tema de ser emprendedor pasa algo similar.

De hecho por eso se puede decir que emprender es todo un arte en el cual no hay recetas mágicas, sino que lo que hay es mucha dedicación, amor, cuidado, conocimientos y como no, una gran dosis de suerte.

No obstante, aunque no haya recetas exitosas, si hay ingredientes necesarios para que la receta (o sea, el ser emprededor) no sea un fracaso clamoroso.

A saber, ingredientes:

1 muy buena dosis de autoestima
1 muy buena visión abstracta del entorno, unida a un buen autoconocimiento de unos mismo y sus habilidades.
1 buen manojo de nervios, porque sin miedo no hay reacción ni alerta ante las adversidades, ser previsor.
unos cuantos kilos de noches sin dormir, preocupaciones, canas,….
dos, tres o más, buenos contactos, o sea padrinos, o sea networking.
4, 5 o más kilos de esfuerzo.
si no se dispone de medios económicos, un par de amigos banqueros.
1 enorme pero enorme dosis de suerte