La capacidad de gestionar bien el tiempo es una habilidad que las empresas deben de valorar cada vez más, tanto en su fiuncionamiento normal como en el de sus trabajadores.
Es el factor principal de la mejora de la productividad y la competitividad de las organizaciones.
Hoy me he levantado con el pie izquierdo, no cabe duda de ello, porque tengo ganas de escribir sobre algo que seguro traerá confrontación. Es el mayor reclamo de las Escuelas de Negocios estos días, y como creo yo, su mejor forma de «hacer negocio». Se trata de la defensa o exaltación a ultranza que hacen los miembros de estas escuelas de los valores que posee una persona de éxito.
No me cabe en la cabeza, y creo que a nadie que tenga dos dedos de frente tampoco, que cuando acudes a un seminario sobre coaching, gestión del cambio o mismo management, en el que se cuenta con el testimonio de un profesional de éxito, la relevancia que le dan a sus actitudes, conductas, competencias o valores es algo que raya lo absurdo. Está claro que cada Escuela de Negocios está para lucrarse a la vez que inculca unos conocimientos, pero aprovecharse del éxito de figuras relevantes me parece una solemne tontería.
Os podía dar muchos ejemplos, pero voy a ir a un par de ellos.
Un ejemplo muy claro es el de el exselecionador nacional de baloncesto Pepu Hernández, usado a diestro y siniestro por Adecco Training, el cual ha escrito un libro que esta pseudoconsultora ha promocionado sobre los valores del trabajo en equipo.
¿A alguien le cabe alguna duda de que a la mujer siempre se le ha llamado de un modo erróneo el «sexo débil«? Yo no tengo ningún tipo de duda al respecto sobre el error de esta afirmación. El problema a mi modo de ver ha sido que desde siempre nuestro sistema de creencias se ha basado en…
Hoy ojeando la prensa me he percatado de un fenómeno cuando menos curioso. El 34% de la cuota de mercado es de las marcas blancas y amenazan con llegar pronto al 50%. ¿Más baratas, mejor relación calidad/precio, o qué?. Y he hecho una translación al mercado laboral, en especial a las áreas a las que…
Cuando las imágenes valen más que mil palabras, es tontería insistir en lo dicho. Mejor verlas. Inicialmente pensé que esta entrada iba a ser fácil de hacer, pero en realidad se ha convertido en una de las más difíciles. Me planteé hacer una lista de aquellas películas que son más usualmente utilizadas por los diferentes…
¿Vives para trabajar o trabajas para vivir? Piénsala detenidamente y saca tus conclusiones. ¿Ya has respondido?. Más que la respuesta, que en realidad todos os gustaría que fuese la segunda, lo que debéis de tener en cuenta son dos cosas: Los hechos que habéis tenido en cuenta para dar la respuesta. El proceso en sí…
El ver los cambios que tenemos que afrontar en cualquier circunstancia de la vida como una oportunidad de mejorar o de cambiar algo de forma positiva está en nuestra mano. También está en nuestra mano el hecho de verlos como problemas. Mucho depende del grado de conformismo en el que nos querramos asentar. De hecho,…
Cuando uno alcanza cierta edad ya es proclive a ver las cosas desde otra perspectiva, pero ete aquí que siempre pasa algo en esta vida que siempre te acaba rompiendo esquemas. Empecé en el año 1990 mis estudios universitarios de empresariales y comencé a tomar conciencia de que era la economía y de que era lo…
¿Quién no ha oido alguna vez aquello de «que el tiempo es oro»?. Hay veces que consideramos que esto es una exageración. Sin embargo en otras ocasiones adecuamos esta expresión a la realidad que nos ocurre con perfección.
Hagas lo que hagas, emplees el tiempo en lo que lo emplees, debes de tener en cuenta que ese momento es único y no volverá, por lo tanto siempre será recomendable el saber en que lo «gastas» porque hay cosas que puedes recuperar en esta vida pero «el tiempo» no es una de ellas.
«Hasta que no te valores a ti mismo no valoraras tu tiempo. Y hasta que no valores tu tiempo no harás nada de con él».
M.Scott Peck
Quedarse con la sensación de que cuando haces algo has perdido el tiempo es un mala cosa. Solamente el hecho de intentarlo ya significa que no has perdido el tiempo aunque el resultado no sea tan positivo como lo esperado. No obstante a veces acometes actos «para pasar el tiempo», eso si que no es muy adecuado. Si algo lo acometes que sea por algún motivo. El tiempo no está para ser malgastado.
«La pérdida de la fortuna puede ser recuperada por una empresa, la pérdida de conocimiento por el estudio, la pérdida de la salud por el cuidado o la medicina, pero la pérdida de tiempo jamás se puede recuperar».
Samuel Smiles
Cuando empieces algo, procura aplicarte en ello, sino ¿para qué lo empezaste?. Mejor hubiéses dedicado ese tiempo en otro cometido. Si quieres alcanzar el éxito en lo que empredas, no escatimes esfuerzos y por lo tanto se generoso con el tiempo que utilizas en su consecución.
«Nunca te permitas terminar un día en el que puedas decir “Lo haré mejor mañana”.
Brigham Young
El tiempo está para ser empleado de un modo eficiente, porque relamente no se puede malgastar en actos que no persigan un fin. Incluso el disfrutar de un día de descanso tiene su finalidad. Cuando comienzas algo, no malgastes el tiempo buscando problemas antes de tenerlos. Si los hay, ya los encontrarás.
«Nunca te pongas excusas. No tienes tiempo para ello, porque si usas tu energía de ese modo, no te quedará energía para hacer todas las cosas que necesitas hacer, como superar obstáculos y alcanzar objetivos.
Alan Key
Nuestros actos se extienden en un horizonte temporal, donde cada tiempo presente pasa a ser pasado en un modo instantáneo y el futuro se nos hecha encima de un modo inexorable. E»l presente fue ayer, el futuro es hoy y el mañana no existe» (esta es de mi creación). No pierdas el tiempo pensando en lo pasado, te anclarás y no prosperarás y no dudes en lo que te puede pasar en el futuro, porque eso se sabrá en seguida y te llenará de temores.
«Recuerda, hoy es el mañana acerca del cual te preocupabas ayer».
Dale Carnegie
En el espacio temporal todo sigue un orden cronológico por lo tanto no busques confluencias extrañas de acontecimientos en lo que realizas. Las cosas si han de pasar pasarán pero no pasa todo a al vez, debemos de saber dosificar esfuerzos.
«Lo mejor acerca del futuro es que nos llega solo un día a la vez».
Abraham Lincoln
Una forma de afrontar tus cometidos es moverte tú en «tu propio tiempo», es decir, promover tu acciones para que tu tiempo sea lo más eficiente a la hora de realizar algo. Interioriza conductas y hábitos de trabajo. Te ayudarán a establecer controles sobre tu tiempo y como lo aplicas a tu forma de trabajar.
«En lugar de esperar a que las cosas sean mejores, haz una lista de todas las cosas que puedes hacer hasta que la situación mejore y hazlas».
Danielle Kennedy
El éxito se suele decir que es cuestión de constancia. Si es así, para alcanzarlo en el futuro (que será rápidamente el presente) deberé de hacer lo necesario para ello hoy mismo. No perder el tiempo en anteponer los problemas a que ocurran, no divagar ni buscar excusas es una buena forma.
«El único limite a nuestros logros de mañana está en nuestras dudas de hoy».
Franklin D. Roosevelt
Si quieres hacer un buen uso de tu tiempo y quieres tener éxito en lo que empredas, tienes que saber que es lo más importante y entonces poner en ello todo lo que tienes. No escatimar esfuerzos es algo fundamental.
Y para terminar una idea cargada de Psicología Positiva
«El día ideal nunca llega. Hoy es el día ideal para aquellos que han decidido que así sea.
Oratio Dresser
Espero no cansaros mucho en el tema de hoy, pero después de ver la entrevista realizada en El Pais a Pilar Jericó y Marta Romo, socias de Innopersonas y del artículo publicado en el blog de mi amigo Senior Manager con la colaboración de Gabriel Schwartz, creo que era un buen momento para hacer una segunda parte del artículo que hice en febrero con el título ¿Los humanos somos recursos y los recursos son humanos? y darle una vuelta de tuerca a la dirección de personas y a los departamentos de RRHH en estos tiempos tan convulsos.
Partiendo de la premisa de que considero de que los departamentos de RRHH tienen su responsabilidad en la crisis actual (cosa de la que también he comentado alguna vez algo en este blog), la idea es analizar lo que deben hacer para que esto no se repita y que los principios básicos que se pregonan en el Management actual sean realmente los que se dicen y no se queden en bonitas palabras nada más.
El primer problema que veo de los departamentos de RRHH es una cuestión de semántica. Del inglés «Human Resources», surga la traducción ampliamente conocida en español. Si os fijáis, en ambos casos aparece un sustantivo y un adjetivo: Sustantivo es «Recursos» y adjetivo es «humanos».
Cuando vais a adquirir cualquier cosa, por ejemplo una barra de pan, la queréis grande, pequeña, tostada, cruda,…. pero lo que queréis es una barra de pan. Eso es el sustantivo de vuestra acción. Lo mismo ocurre en los «Recursos Humanos». A lo que están acostumbrados estos departamentos es a gestionar unos recursos que en su caso son humanos, pero en pura lógica gestionan recursos y como tal tienen unos objetivos numéricos que cumplir. La barra de pan tiene el objetivo de quitar el hambre, independientemente de como sea.
Lo de humanos es un adjetivo, es lo secundario. Aquí radica el primer problema de estos departamentos. Semánticamente deberían de recibir el nombre de «Humanos Recursos», dando a los humanos (personas de las organizaciones) la importancia que tienen, pero de verdad y no solamente de palabra. Serían los sustantivos, lo principal a gestionar dentro de las organizaciones.
Preocupación por sus necesidades, expectativas, motivaciones, intereses,….por algo somo humanos. Primero somos humanos y luego recursos. Aquí se basa el «compromiso» con las organizaciones. Aquella organización que demuestra mayor compromiso con las personas (con los humanos) y todo lo que le rodea, es la que conseguirá mejor compromiso de sus miembros y por ende obtendrá mejor el talento de los mismos.
Pero no solo es cuestión semántica la problemática de estos departamentos. A parte de la cuestión de fondo como la anterior, también hay una cuestión de forma.
Siempre se han visto como un departamento ajeno al resto de la empresa. Puede ser que sea debido a una herencia negativa anterior pero es un hecho más que palpable. Son departamentos «estancos». Solo actúan en casos determinados en interacción con el resto. Su forma de actuar es una de las causas de su fracaso en las organizaciones. Su estructura es externa al organigrama de las organizaciones y esto es un error, deben de incorporarse a la estructura en todas sus niveles.
A lo mejor deberían de cambiar de nombre y pasar a llamarse «Departamento de Motivación del Personal», realizando continuamente interacción con todos niveles de la organización y sus miembros. Lo que está claro es que su forma de trabajar los aisla de la realidad de la organización.
Trabajar en contacto con el resto de departamentos los convertira a ellos mismos en departamentos más «humanos». Y a todos nos gusta tratar con personas no con máquinas.
Y por último para no agobiaros más, creo que tienen un problema que salta entre la forma y el fondo: «predicar con el ejemplo», o como comunmente se dice: «haz lo que yo diga pero no lo que yo haga».
Toda persona le gusta ser reconocida por lo que hace y para ello estando dentro de una organización suele tener que realizar unos determinados cometidos o funciones. Pues estos deben ser comunes para todos, poco motivadores son las órdenes parciales para algunos miembros y para otros no. A mimodo de ver, los departamentos de RRHH adolecen de ese problema actualmente y deberían de modificarlo. Lo que pregonan para todos los miebros de la organización deberían de aplicárselo también ellos mismo y servir de ejemplo al resto de la organización. Esto ha esstado motivado por haber sido estancos independientes durante mucho tiempo.
La expresiones del estilo «ya me gustaría que los de personal lo hicieran tambien…» o «y estos que se cren…» o «a saber que hacen ellos…», son típicas de organizaciones muy departamentalizadas y oscurantistas. Y eso no le gusta a ningún humano. Sentirse distinto y en definitiva perjudicado.